martes, 24 de mayo de 2016

¿Donde quedó mi sonrisa?

Quizá, no, seguro; estoy hablando conmigo entre mi adentro y afuera; me planteo lo difícil que resultan las despedidas donde hubo aspectos no conocidos durante el tiempo que durara el  vínculo. Yo, lo digo en el siguiente poema; quiero no retroceder pero sí aunar aspectos mientras recojo lo que era y es mío y como tal quiero que quede. Lo emocional que con frecuencia en el cariño que das, al no ser objetivo crees que ya no es tuyo. No debemos equivocarnos, la ternura, el sentido del humor, la complicidad, el tesón, la energía, la inteligencia, la alegría, la complementación. Todo ello son capacidades y quedan en uno mismo a no ser que uno haya querido demasiado por cualquier aspecto. Es igual, tuyo y hay que recogerlo para uno  y tener en cuenta de la experiencia que una persona tiene que, de forma similar, querer tanto como la otra.
¡Habrá que recordarlo!!




 

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