lunes, 26 de octubre de 2015

La violencia: Sin viento a mi favor no me hice violenta


Aún "sin viento a nuestro favor" no nos volvimos violentos


2ª Parte


Alguien me hizo una pregunta sobre Kant, defendiendo que yo no era Kantiana en mi base, cuando yo siempre pensé que la Ética era desde hacía mucho tiempo en mi vida mis raíces, sin darme cuenta de cuáles eran las razones de Kant que formaban mi vivir. La raíz básica era y es, el Respeto aunque hay otras primordiales en mí.  

Sí, la raíz de Kant es la Razón mientras la mía en la vida es el Amor; le di la razón a esa persona.

Me preguntó dicha persona: Si estuvieras en la II Guerra Mundial y vinieran a tu casa preguntando por una amiga tuya que tuvieras escondida por ser judía ¿Qué harías? Respondí directamente, seguir escondiéndola el tiempo que lo necesitara y ayudarla a escapar. Ahí me di cuenta que mi base es el amor y que como en la profesión, fui tomando lo mejor de cada teoría y escuela en los distintos autores. Vas aprehendiendo todo lo que necesitas en un momento dado, vas formándote y formando tu identidad sin perder el núcleo fundamental o básico que es donde se van insertando todo lo aprendido y haciéndolo tuyo. Tanto las teorías como las identificaciones con los demás, que van solidificando tu Identidad y enriqueciéndola con tanta variación. Así, la Ética se instaló en mí, la de Kant, sobre lo que aprendiera yo en la educación paterna. Entre ésta y lo que traía de mí, venía conformándose en mi Superyo; desde la salud y los aspectos de enfermedad que me tocaron vivir en mi historia. Todo ello hizo mi Ética y organizaron mi Superyo con unas características propias. Características que a todos nos individualizan a través del día a día que se sigue aprendiendo, viviendo, vivenciando y llevándolo a las acciones, pensamientos, actitudes, valores e ideales. 

Así pues, en su día Kant me ayudó a combatir del lado de los buenos en mi propia historia y, posteriormente a ir teniendo diferencias como cualquier neokantiana las tiene, basadas en un núcleo común enseñado por Kant, núcleo que fuera a mis 15 años y sigue formando mi identidad por su Imperativo Categórico: aunque debajo siga existiendo mí máxima; el amor, el cariño, la ternura como modo de relación. Desde Kant me sonaba a gloria: "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio".

Lo que dice la "Segunda formulación" me hizo pensar mucho, querer mucho y rechazar mucho. Me había formado con la consigna: "El fin justifica los medios"… Tenía mucho que luchar y no quería una guerra sino una dialéctica. Quería mejor aún, salir del concepto aplaudido con orgullo de que "el fin justificaba los medios". No sabía en qué me iba a basar, pero quería salir de tal falacia. A Kant lo veía como un posible candidato, junto a Unamuno, Platón, Herman Hess, los Místicos españoles, entre los que me iban a ayudar en tal dialéctica. De los filósofos preferí a Kant porque hablaba de lo que yo tenía; Voluntad. De lo que apreciaba aún sin conocerla; Libertad, aunque sí creía en la Libertad del Pensamiento, compartido o no. De Kant me gustaba que se pudiera ir superando día a día como ser humano, me abrió las puertas a una lucha interior. Como lo leí a través de Julián Marías, a quien se le entendía de maravilla: leí a Kant, entendí a Kant y me hice amorosa de Kant porque habría una posibilidad de horizonte donde yo podía caminar.

Me gustaba Kant porque pertenecía a la Ilustración y como Rousseau, ponía la esperanza en el ser humano y en la razón para salvaguardarse de los hombres en el poder que manipulaban. ¡Eso era lo mío! La lucha constante para seguir adelante y era una lucha para aprender a batallar contra los que no respetaban, contra los que tenían el poder y hacían abuso de él, sobre todo contra la violencia. Me fui formando contra la violencia y para defenderme de ella. 

Considero tan grande a Kant en su formulación, que con que hubiera dicho sólo el Imperativo Categórico en sus tres formulaciones, para mí sería el Kant filósofo de finales de la Ilustración y quien desarrolló su Moral o Ética con lo que significa para todos. Para mí, es la base de la humanidad, del crecimiento como persona, las posibilidades de salir de la base de la enfermedad mental (la que deteriora más al paciente y al ser humano con su egoísmo) porque cuando deja de ser el fin en sí mismo y en la persona, se deteriora la sociedad como tal y va destruyendo al propio sujeto en su capacidad de Amar. 

Siempre que escribo un artículo, lo hago desde dos dimensiones:

a) El deseo de que pueda ser útil a los demás. Sí, es desde el deseo de que otros puedan reconocerse o encontrar un punto donde nos encontremos en el pensamiento y puedan hacer uso de lo que yo planteo o digo. Intento escribir siempre como un proyecto a producir mayor conocimiento en los otros. Quizá tenga semejanza con el mito de Prometeo al que se le ha achacado el deseo omnipotente de Sabiduría y Salvación. Yo no lo diría desde la omnipotencia sino desde "El Compartir" que es un sentimiento mucho más grande que el deseo de poseer, más libre y abierto. Pues sí, mi gran deseo es el poder Compartir lo que yo sé, lo que yo poseo (como mío solo) y lo que yo siento como proyección de mí misma, poniéndolo al servicio del afuera. Si eso se llama deseo de creatividad; lo poseo desde la cabeza a los pies. Deseo compartir todo lo bueno que en mí hay. Cosa que no ocurre con lo que yo sé que no es bueno. Éste me lo quedo en mí, intentando no contagiar, en el sentido de no proyectar o desear echarlo afuera. 

b) Que nadie viva atado y sin respeto: también basado en el Mito de Prometeo quien fue castigado por robar el fuego eterno a Zeus, atándolo a unas rocas en Escitia. Yo no le doy una interpretación (viniendo del Mito) tan pobre, como que Prometeo quiso robar el fuego eterno y destronar a Zeus a favor de los hombres. Yo lo veo de la siguiente manera: el amor por los hombres en Prometeo era tal, que ya dentro de sí tenía el concepto de que todo ser era digno de vivir y por lo tanto con las mismas posibilidades de crecer que él mismo. Éste (El Titán), no mantenía un deseo retorcido de derrocar a Zeus sino de ayudar a que se salvaran los hombres. Tuvieran sus mismos conocimientos y buscaba que nadie pudiera atar a nadie, encadenándolo a unas rocas, por considerarse por encima del bien y del mal.

Supongo que el sentimiento que prevalecía en él, en Prometeo, aunque tuviera otro nombre, se le parecía a la Compasión, que unifica el crecimiento de los hombres. Hay otro sentimiento que yo pongo en Prometeo que no ha sido tratado, poniéndoselo en él y, se llama el "Síndrome del Superviviente". La persona que se salva mientras los demás no. Prometeo era Titán y ayudó a los hombres, él era héroe y por tanto había una diferencia que a él le hacía ser justo y buscar la igualdad dándoles el hálito de la vida desde el barro. La consecuencia misma era EL RESPETO al hombre por serlo. Así pues, el robo anterior al encadenamiento, el deseo de Prometeo de Compartir la Sabiduría y Libertad con los hombres, el Castigo que se le dio por tal deseo logrado (creando a los hombres desde el barro y fuego -Amor y Creatividad-). Todo ello, en nuestro héroe tuvo que producirle sin duda la culpa. La consecuencia de la realización del deseo fue la culpa. 

Por supuesto que puede ser considerado el robo del fuego eterno con etiqueta del mal, pero sin duda que fue la consecuencia de realizar el Deseo de salvación a los hombres. Lejos de tener un halo omnipotente, venía en él, a ser la posibilidad de Identidad en todos, del derecho a vivir y vivir dignamente. Algo que nos queda impreso en el deseo y en el alma: los que creemos en ella llamándola espíritu, amor de raíz, comunidad, comunicación o lo que para mí forma la segunda dimensión de lo que hay debajo de mi deseo al escribir; querer que llegue a todo aquel que pueda serle útil: La reparación desde la Culpa sana de haber sobrevivido a quien fuera menor que uno mismo. El deseo de que entre los humanos, hoy en día, podamos compartir todo lo bueno que existe en nosotros mismos y vivido desde El Respeto. Asumiendo que todos tenemos más qué y menos qué, sin que por ello las intenciones sean de rivalidad, motivos narcisistas, vengativos, de venganza o de robo.

Sencillamente, Compartir desde El Respeto y el bien hacer que Kant nos ha enseñado tanto (si no olvidamos que fue educado en el Pietismo donde la piedad superaba al sufrimiento). Yo busco llegar desde mi alma al alma de quien con mi escrito puede compartir un bien: ¡La Paz! 

El único Héroe que luchaba por la Libertad y Sabiduría del hombre, Prometeo, con un sentimiento semejante al terrible que surge al sobrevivir a alguien a quien quieres y no le pudiste ayudar más. Sí, quizá haya un deseo de salvación. Deseo tan humano, que sólo quienes al pasar por esta vivencia podríamos comprenderlo, sin ir más allá del significado de ayuda a la salvación. Al haber sobrevivido a alguien menor que tú. 

Kant, dentro de la Ilustración con sus características a lo Rousseau y bañado todo con la religión Pietista, dio su gran conocimiento y meditación sobre lo que hoy me inquieta para poder vivir los hombres en el Respeto y en el Compartir. 

Kant continúa con su Ética para que los niños de la ilustración fueran por el camino del bien, de la Justicia y del Respeto. Es posible que desde Kant los sentimientos no fueran estudiados. Yo digo como con Freud, hay que saberlo leer. Lo digo desde mi apreciación sin egolatría, pero sí con orgullo de llegar a Kant, que no es fácil. Aquí estoy agradecida porque he dado tanta filosofía de Kant que me obligó a repasar y repasar, admirándole y admirándole... 

El Respeto resulta difícil saberlo definir, ya desde Kant expresa vinculaciones, las relaciones, el tú y yo. Añade Kant que el Respeto está impregnado de lo que él denomina Reverencia (que es un sentimiento). Desde la misma Reverencia (conlleva el sentimiento de veneración) Kant nos habla de respeto, señalando:

1.      Un vínculo,

2.      Una Relación,

3.      Los sentimientos del Bien y del Mal como Moral o Ética y

4.      Los Límites, puesto que si hay miedo esa no es Ley Moral.

5.      ¡Kant nos habla de acciones y también de sentimientos!

Así, como todo el mundo, en los momentos difíciles de la vida, si los conflictos, frustraciones y vivencias superaban a la alegría, el placer y el instinto (para mí natural) de seguir adelante, yo lo llamo instinto de vida; ni me paraba a pensarlo ¡Lo había aprendido de Kant! ¡Yo seguía adelante con mi bandera del Deber!! Ya poco a poco se iría transformando en placer. ¡Eso creía yo! ¡Lo había entendido así desde Kant! Siempre Kant, ha estado en los momentos más difíciles de mi vida. ¡Si no se vive desde el Placer se vive desde el Deber! ¡Me lo enseñó Kant!!  

Quizá la subjetividad que yo incluí, siguiendo al pensador y filósofo Paúl Ricoeur hablando de Historia y que yo lo apliqué a la mía. Cuando no funcionaba el placer día a día en mucho tiempo y aparecían los rasgos negros, siempre me agarré a ¡Hay que vivir por Deber!! Así, poco a poco comprendí que lo que Kant llama Moral para mí es Ética y lo sigue siendo. Supongo que su Imperativo Categórico se pronunciaba en mí: "Si no tienes motivo de alegría y optimismo, sigue viviendo por el Deber. Espera y hazte con los problemas". Aún hoy, quisiera que el imperativo categórico fuera Universal porque lo considero bueno para la Humanidad.

Si vivimos en sociedad, lo primero de todo es el respeto como alimento; el que nos damos y el que damos. Previamente y a la vez, tenemos que llegar a ser personas. Señalé contra la violencia que hay motivos de sancionar que no son castigados, ejemplo, "el no ser seres humanos." Al no castigarles, les permitimos... Permitir la violencia no es respeto a los demás ni a nosotros mismos. Cuando uno tiene una Ley que cumplir y no la respeta o, daña a alguien, aparece el sentimiento de culpa, se llama "Pepito Grillo o el Remordimiento." Los violentos, por su Incapacidad y "Maldad", no conocen ni el remordimiento ni la culpa ni tienen a ningún Pepito Grillo internalizado porque no pertenecen a los Seres Humanos. Son... ¡Violentos!

Por lo expuesto; "por los que no hemos llevado una vida con el viento a nuestro favor y no nos hemos hecho violentos, considero un Deber Humano ir contra la Violencia y desde este artículo que escribí hace años, fui y sigo yendo contra la muerte de una anciana en indefensión que hubo en el norte, a quien yo quise mucho y admiré mucho más."  Maruxa Oñate
 

Maruxa Oñate Español

Psicóloga Clínica Nº de Colegiada: M-1407

Doctora en Psicología Clínica por la URJC

Coslada Madrid-España

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