En recuerdo de mi amigo Julio Valdeón Baruque
En recuerdo de mi amigo Julio
Valdeón Baruque. Por seguir siendo, donde estés, Vallisoletano, porque fueras
amigo mío cuando eras ya grande y me ayudaras en la tesis doctoral Doña Juana I
de Castilla con nuestras conversaciones telefónicas. Con mi cariño leal por
nuestra pequeña, pero muy entrañable amistad. Cuando le llamaba (él me había
dicho que lo dijera) yo decía “de parte de “Maruxa La Pedrajera…” El primer día
me dijo: tú de Pedrajas y yo de Ixcar. Su mujer lo es y él era de Valladolid
tengo entendido. De donde fuera pero tuvimos tan entrañable relación que un día
que vino a Madrid a hablar sobre Alfonso VI y el Cid, le llamé el día anterior
y le dije: Julio, quieres todos los descendientes de Alfonso VI con sus mujeres,
incluida Zaida, la mejor y más atractiva para todo historiador?
Me contestó que sí después de una
“charleta” sobre el Medievo con sus mujeres, se los envié por correo
electrónico, en cuadros genealógicos francamente majos. Por nuestra
conversación ese día, le coloqué a pie de página en la tesis. Obviamente,
primero se lo envié a él para que diera su visto bueno.
Creí que hubiera podido formar
parte de un libro que escribimos entre mi hermano Carlos Oñate Español y yo. Que
él fuera el tercero en el grupo. Enorme ilusión tenía yo, y convencimiento
claro de que me dijera que sí por ser “La Pedrajera”, pero...
Ahora, donde estés lee este poema
de nuestra admirada, Zaida. Admirada por todo historiador que se precie, máximo
si es sobre Castilla. Un Poema escrito por mí y que no pude habértelo enseñado
para que me dijeras: “Sí, las mujeres no salen en muchas historias de
personajes” Ya lo sé, un abrazo donde estés, te aprecié y te admiré como
historiador y como persona. Seguro que estás bien y con un libro sobre Castilla
entre tus manos.
No te quepa la menor duda, el
libro que escribimos mi hermano (él es muy buen genealogista) y yo, irá
dedicado sólo a una persona: En Homenaje a Don Julio Valdeón Baruque, un abrazo
donde estés, Maruxa “La Pedrajera”. Te da mi homenaje con el Poema: Zayda ¡Princesa Mora!.
Cantar de la Mora Zaida ,
Los
amores de la bella mora Zaida con Alfonso VI
Esta
parte esta apoyada en trabajos de Internet
Cantar épico, paralelo al “Mío Cid” Describe
a la mora Zaida como gentil princesa, doncella de gran hermosura, muy virtuosa,
gallarda, discreta, esbelta, de singular belleza, de tez espléndidamente
blanca, la epopeya no ahorra piropos, fiel al florido romanticismo dice que "se enamora de oídas" del
"apuesto guerrero Alfonso VI gallardo y muy ducho en el manejo de las
armas". Esta joya literaria medieval, El Cantar de la Mora Zaida , está
recogida en Leyendas Épicas Españolas editado por Rosa Castillo.
Ésta es la historia de la Zaida, hija del rey poeta de
Sevilla al-Mu’tamid ( vease nota sobre esta afirmación pinchando aquí) y de la exquisita poetisa del
al-Andalus, Rumaykiyya. Nacida alrededor del año 1070. Su madre la educó, como
una princesa amada, en la belleza y en la poesía, en el canto, en la danza y en
la filosofía. Relacionada con la clase alta de la sociedad andalusí, con las m
u j e res más cultas y educadas de la corte. Zaida se parecía a su madre por su
ingenio y belleza y a su padre por su alegría. Conoció cómo sus pro g e n i t o
res vivían un amor de leyenda que expresaban en repetidos y hermosos poemas.
ZAYDA HA SIDO
EDUCADA POR LAS ALMEAS (BAILARINAS) Y SABE DE ARTE Y LITERATURA, ASÍ COMO DE
ARMAS Y BATALLAS, ADEMÁS DE TENER UNA BELLEZA EXCEPCIONAL.
En Toledo se encuentran la inteligente princesa y el rey
castellano. Su mujer, la joven reina Inés había muerto, Dura poco la felicidad
del matrimonio porque Zayda muere muy joven, alrededor del año 1100, a
consecuencia de un sobreparto, siguiendo la misma suerte que el resto de las
mujeres de Alfonso VI. Zayda- Helisabeth será enterrada en Sahún y dos siglos
más tarde sus restos se trasladarán a San Isidoro de León.
Alfonso
VI de León y Castilla
al tomar Toledo, conoció a Zaida (Zayda), Princesa Mora y viuda del Rey de
Córdoba. Se duda si hubo alianza entre ellos o fuera su barragana (amante del
rey) pero Menéndez Pidal lo afirma. Hijo de ambos (Sancho), único varón del
Rey, murió y no pudo suceder a su padre. La Existencia de Sancho es
importante para el conocimiento que tenemos hasta hoy de Zaida. Todos los que
escribimos sobre ella estamos de acuerdo en el cariño que ponemos al subrayar
en ella el ser mujer de gran belleza, sin duda, digna de ser Reina. Al hacerse
cristiana se bautizó con el nombre de Isabel.
Alfonso en la llegada a Toledo (en abril de 1091) de la
joven y desvalida viuda turbó al maduro rey -51 años- que, casado con
Constanza, una mujer enferma y sin hijos, dio pie a una relación sentimental
entre ellos.
MARUXA OÑATE
REELABORADO EN EL 2015
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