Pues
bien, tan sencillo era Julián Marías,
que además de hacerme Kantiana porque lo comprendía a través del autor y me
fascinó. Tanto, que cuando tuve una academia unos 20 años, siempre cogía del
ABC de casa de mi madre la 3ª página si escribía él, porque mis alumnos entendían
también todo lo que leían de los artículos suyos, de Julián Marías.
Siempre
quise escribir como Julián Marías
a pesar de que ponían de ejemplo a Pío Baroja para toda tesis doctoral, me
fascina que hable del Universo y sea claro.
Pues no, ni a uno ni a otro. No sé cómo me las arreglo que siempre es
largo y más parecida a Savater, a quien me afilié cundo leí y entendí “El
Panfleto contra el todo” y me dije si
entiendo a Savater!! Cualquier autor. Ja!! Pero al releerme me digo: si tengo 7
(por lo que merma) subordinadas. Señó señó!! Parezco Savater!! Ja!!
Por otra parte,
recuerdo que en el Instituto Isabel La Católica, mis compañeras me llamaban “Heráclita
la Obscura”. Por algo sería, la cabra siempre tira al monte Ja!! Lo siento, tengo
intenciones de breve y sencilla, pero no salen.
Quizá se entienda con un
secreto; en los certámenes donde me presenté en Poesía, tengo mi plica en
Latín, Amavit;
la que ha amado.
Mi pregunta al aire:
¿En latín para que nadie se entere?? Ya
me diréis. Sigo intentando emular a Julián Marías a quien más me gusta leer filosóficamente en
esta vida.
Supongo que él era de Ortega y éste es el único Filósofo que no tiene
ninguna pega en entendérsele. Atea pero digo, “Dios los cría y ellos se juntan”:
Ortega y Julián Marías; nos han abierto mucho el camino del pensamiento hacía
el conocimiento para llegar de nuevo a otro pensamiento, si llegamos a
empatizar con el otro…
Julián
Marías era y es Sencillo, Claro,
Ameno. Los chavales de 15-16-17 lo leían sin dificultad y yo a los 14 y sin la
menor duda por él, por Julián Marías, amo y quiero a
la Filosofía tantísimo, quizá tanto o más que al Latín. Y
sin duda, por él me hice Kantiana en los momentos difíciles y de
Ortega. “Yo soy yo y mi circunstancia, si no salvo a mi circunstancia no me
salvo a mí.”
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