Aún "sin viento a nuestro
favor" no nos volvimos violentos
2ª Parte
Alguien me hizo una pregunta sobre Kant, defendiendo que yo
no era Kantiana en mi base, cuando yo siempre pensé que la Ética era desde
hacía mucho tiempo
en mi vida mis raíces, sin darme cuenta de cuáles eran las razones de Kant que
formaban mi vivir. La raíz básica era y es, el Respeto aunque hay otras
primordiales en mí.
Sí, la raíz de Kant es la Razón mientras la mía en la vida
es el Amor; le di la razón a esa persona.
Me preguntó dicha persona: Si estuvieras en la II Guerra Mundial
y vinieran a tu casa preguntando por una amiga tuya que tuvieras escondida por
ser judía ¿Qué harías? Respondí directamente, seguir escondiéndola el tiempo
que lo necesitara y ayudarla a escapar. Ahí me di cuenta que mi base es el amor
y que como en la profesión, fui tomando lo mejor de cada teoría
y escuela
en los distintos autores. Vas aprehendiendo todo lo que necesitas en un momento
dado, vas formándote y formando tu identidad
sin perder el núcleo fundamental o básico que es donde se van insertando todo
lo aprendido y haciéndolo tuyo. Tanto las teorías
como las identificaciones con los demás, que van solidificando tu Identidad y
enriqueciéndola con tanta variación. Así, la Ética se instaló en mí, la de Kant,
sobre lo que aprendiera yo en la educación
paterna. Entre ésta y lo que traía de mí, venía conformándose en mi Superyo; desde
la salud y los aspectos de enfermedad que me tocaron vivir en mi historia. Todo ello hizo
mi Ética y organizaron mi Superyo con unas características propias.
Características que a todos nos individualizan a través del día a día que se
sigue aprendiendo, viviendo, vivenciando y llevándolo a las acciones,
pensamientos, actitudes,
valores
e ideales.
Así pues, en su día Kant me ayudó a combatir del lado de
los buenos en mi propia historia y, posteriormente a ir teniendo diferencias
como cualquier neokantiana las tiene, basadas en un núcleo común enseñado por
Kant, núcleo que fuera a mis 15 años y sigue formando mi identidad por su
Imperativo Categórico: aunque debajo siga existiendo mí máxima; el amor, el
cariño, la ternura como modo de relación. Desde Kant me sonaba a gloria: "Obra
de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de
cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un
medio".
Lo que dice la "Segunda formulación" me hizo
pensar mucho, querer mucho y rechazar mucho. Me había formado con la consigna:
"El fin justifica los medios"… Tenía mucho que luchar y no quería una
guerra
sino una dialéctica. Quería mejor aún, salir del concepto aplaudido con orgullo
de que "el fin justificaba los medios". No sabía en qué me iba a
basar, pero quería salir de tal falacia. A Kant lo veía como un posible
candidato, junto a Unamuno, Platón,
Herman Hess, los Místicos españoles, entre los que me iban a ayudar en tal
dialéctica. De los filósofos
preferí a Kant porque hablaba de lo que yo tenía; Voluntad. De lo que
apreciaba aún sin conocerla; Libertad, aunque sí creía en la Libertad
del Pensamiento, compartido o no. De Kant me gustaba que se pudiera ir
superando día a día como ser humano, me abrió las puertas a una lucha interior.
Como lo leí a través de Julián Marías, a quien se le entendía de maravilla: leí
a Kant, entendí a Kant y me hice amorosa de Kant porque habría una posibilidad
de horizonte donde yo podía caminar.
Me gustaba Kant porque pertenecía a la Ilustración
y como Rousseau,
ponía la esperanza en el ser humano y en la razón para salvaguardarse de los
hombres en el poder que manipulaban. ¡Eso era lo mío! La lucha constante para
seguir adelante y era una lucha para aprender a batallar contra los que no
respetaban, contra los que tenían el poder y hacían abuso de él, sobre todo
contra la violencia. Me fui formando contra la violencia y para defenderme de
ella.
Considero tan grande a Kant en su formulación, que con que
hubiera dicho sólo el Imperativo Categórico en sus tres formulaciones, para mí
sería el Kant filósofo de finales de la Ilustración y quien desarrolló su Moral
o Ética con lo que significa para todos. Para mí, es la base de la humanidad,
del crecimiento como persona, las posibilidades de salir de la base de la
enfermedad mental (la que deteriora más al paciente y al ser humano con su
egoísmo) porque cuando deja de ser el fin en sí mismo y en la persona, se
deteriora la sociedad
como tal y va destruyendo al propio sujeto en su capacidad de Amar.
Siempre
que escribo un artículo, lo hago desde dos dimensiones:
a) El deseo de que pueda ser útil a los demás. Sí, es desde el deseo de que otros puedan
reconocerse o encontrar un punto donde nos encontremos en el pensamiento y
puedan hacer uso de lo que yo planteo o digo. Intento escribir siempre como un proyecto
a producir mayor conocimiento
en los otros. Quizá tenga semejanza con el mito
de Prometeo
al que se le ha achacado el deseo omnipotente de Sabiduría y Salvación. Yo no
lo diría desde la omnipotencia sino desde "El Compartir" que
es un sentimiento mucho más grande que el deseo de poseer, más libre y abierto.
Pues sí, mi gran deseo es el poder Compartir lo que yo sé, lo que yo poseo
(como mío solo) y lo que yo siento como proyección de mí misma, poniéndolo al servicio
del afuera. Si eso se llama deseo de creatividad;
lo poseo desde la cabeza a los pies. Deseo compartir todo lo bueno que en mí
hay. Cosa que no ocurre con lo que yo sé que no es bueno. Éste me lo quedo en
mí, intentando no contagiar, en el sentido de no proyectar o desear echarlo
afuera.
b) Que nadie viva atado y sin respeto: también basado en el Mito de Prometeo quien fue castigado
por robar el fuego eterno a Zeus, atándolo a unas rocas
en Escitia. Yo no le doy una interpretación
(viniendo del Mito) tan pobre, como que Prometeo quiso robar el fuego eterno y
destronar a Zeus a favor de los hombres. Yo lo veo de la siguiente manera: el
amor por los hombres en Prometeo era tal, que ya dentro de sí tenía el concepto
de que todo ser era digno de vivir y por lo tanto con las mismas posibilidades
de crecer que él mismo. Éste (El Titán), no mantenía un deseo retorcido de
derrocar a Zeus sino de ayudar a que se salvaran los hombres. Tuvieran sus
mismos conocimientos y buscaba que nadie pudiera atar a nadie, encadenándolo a
unas rocas, por considerarse por encima del bien y del mal.
Supongo que el sentimiento que prevalecía en él, en
Prometeo, aunque tuviera otro nombre, se le parecía a la Compasión, que unifica
el crecimiento de los hombres. Hay otro sentimiento que yo pongo en Prometeo
que no ha sido tratado, poniéndoselo en él y, se llama el "Síndrome del Superviviente". La persona que se salva
mientras los demás no. Prometeo era Titán y ayudó a los hombres, él era héroe y
por tanto había una diferencia que a él le hacía ser justo y buscar la igualdad
dándoles el hálito de la vida desde el barro. La consecuencia misma era EL
RESPETO al hombre
por serlo. Así pues, el robo anterior al encadenamiento, el deseo de
Prometeo de Compartir la Sabiduría y Libertad con los hombres, el Castigo que
se le dio por tal deseo logrado (creando a los hombres desde el barro y fuego -Amor
y Creatividad-). Todo ello, en nuestro héroe tuvo que producirle sin duda la
culpa. La consecuencia de la realización del deseo fue la culpa.
Por supuesto que puede ser considerado el robo del fuego
eterno con etiqueta del mal, pero sin duda que fue la consecuencia de realizar
el Deseo de salvación a los hombres. Lejos de tener un halo omnipotente, venía
en él, a ser la posibilidad de Identidad en todos, del derecho a vivir y vivir
dignamente. Algo que nos queda impreso en el deseo y en el alma:
los que creemos en ella llamándola espíritu, amor de raíz, comunidad,
comunicación
o lo que para mí forma la segunda dimensión de lo que hay debajo de mi deseo al
escribir; querer que llegue a todo aquel
que pueda serle útil: La reparación desde la Culpa sana de haber
sobrevivido a quien fuera menor que uno mismo. El deseo de que entre los
humanos, hoy en día, podamos compartir todo lo bueno que existe en nosotros
mismos y vivido desde El Respeto. Asumiendo que todos tenemos más qué y menos
qué, sin que por ello las intenciones sean de rivalidad, motivos narcisistas,
vengativos, de venganza o de robo.
Sencillamente, Compartir desde El Respeto y el bien
hacer que Kant nos ha enseñado tanto (si no olvidamos que fue educado en el
Pietismo donde la piedad superaba al sufrimiento). Yo busco llegar desde mi
alma al alma de quien con mi escrito puede compartir un bien: ¡La Paz!
El único Héroe que luchaba por la Libertad y Sabiduría del
hombre, Prometeo, con un sentimiento semejante al terrible que surge al
sobrevivir a alguien a quien quieres y no le pudiste ayudar más. Sí, quizá haya
un deseo de salvación. Deseo tan humano, que sólo quienes al pasar por esta
vivencia podríamos comprenderlo, sin ir más allá del significado de ayuda a la
salvación. Al haber sobrevivido a alguien menor que tú.
Kant, dentro de la Ilustración
con sus características a lo Rousseau y bañado todo con la religión Pietista, dio su
gran conocimiento y meditación sobre lo que hoy me inquieta para poder vivir
los hombres en el Respeto y en el Compartir.
Kant continúa con su Ética para que los niños
de la ilustración fueran por el camino del bien, de la Justicia y del Respeto.
Es posible que desde Kant los sentimientos no fueran estudiados. Yo digo como
con Freud,
hay que saberlo leer. Lo digo desde mi apreciación sin egolatría, pero sí con
orgullo de llegar a Kant, que no es fácil. Aquí estoy agradecida porque he dado
tanta filosofía
de Kant que me obligó a repasar y repasar, admirándole y admirándole...
El Respeto resulta difícil saberlo definir, ya desde Kant
expresa vinculaciones, las relaciones, el tú y yo. Añade Kant que el Respeto
está impregnado de lo que él denomina Reverencia (que es un sentimiento). Desde
la misma Reverencia (conlleva el sentimiento de veneración) Kant nos habla de
respeto, señalando:
1.
Un vínculo,
2.
Una Relación,
3.
Los sentimientos del Bien y del Mal como Moral o Ética y
5.
¡Kant nos habla de acciones y también de sentimientos!
Así, como todo el mundo, en los momentos difíciles de la
vida, si los conflictos,
frustraciones y vivencias superaban a la alegría, el placer y el instinto (para
mí natural) de seguir adelante, yo lo llamo instinto de vida; ni me paraba a
pensarlo ¡Lo había aprendido de Kant!
¡Yo seguía adelante con mi bandera del
Deber!! Ya poco a poco se iría transformando en placer. ¡Eso creía yo! ¡Lo
había entendido así desde Kant! Siempre Kant, ha estado
en los momentos más difíciles de mi vida. ¡Si no se vive desde el Placer se
vive desde el Deber! ¡Me lo enseñó Kant!!
Quizá la subjetividad que yo incluí, siguiendo al pensador
y filósofo Paúl Ricoeur hablando de Historia y que yo lo apliqué a la mía.
Cuando no funcionaba el placer día a día en mucho tiempo y aparecían los rasgos
negros, siempre me agarré a ¡Hay que vivir por Deber!! Así, poco a poco
comprendí que lo que Kant llama Moral para mí es Ética y lo sigue siendo.
Supongo que su Imperativo Categórico se pronunciaba en mí: "Si no tienes motivo de alegría y optimismo, sigue viviendo por el
Deber. Espera y hazte con los problemas". Aún hoy, quisiera que el
imperativo categórico fuera Universal porque lo considero bueno para la
Humanidad.
Si vivimos en sociedad, lo primero de todo es el respeto
como alimento; el que nos damos y el que damos. Previamente y a la vez, tenemos
que llegar a ser personas. Señalé contra la violencia que hay motivos de
sancionar que no son castigados, ejemplo, "el no ser seres humanos."
Al no castigarles, les permitimos... Permitir la violencia no es respeto a los
demás ni a nosotros mismos. Cuando uno tiene una Ley que cumplir y no la
respeta o, daña a alguien, aparece el sentimiento de culpa, se llama
"Pepito Grillo o el Remordimiento." Los violentos, por su Incapacidad
y "Maldad", no conocen ni el remordimiento ni la culpa ni tienen a
ningún Pepito Grillo internalizado porque no pertenecen a los Seres Humanos.
Son... ¡Violentos!
Por lo expuesto; "por los que no hemos llevado una
vida con el viento a nuestro favor y no nos hemos hecho violentos, considero
un Deber Humano ir contra la Violencia y desde este artículo que escribí hace años, fui y sigo yendo contra la muerte
de una anciana en indefensión que hubo en el norte, a quien yo quise mucho y admiré
mucho más." Maruxa Oñate
Maruxa Oñate Español
Psicóloga
Clínica Nº de Colegiada: M-1407
Doctora en
Psicología Clínica por la URJC
Coslada
Madrid-España
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